Julio Dittborn

Bendita transparencia

Siempre he creído que la calidad de las políticas públicas mejoraría enormemente con mucho más transparencia...

Por: Julio Dittborn | Publicado: Martes 12 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
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Siempre he creído que la calidad de las políticas públicas mejoraría enormemente con mucho más transparencia. En este último tiempo han ocurrido en nuestro país hechos que lamentamos (La Polar) o hechos que desearíamos mejorar (la educación pública) y en todos ellos me parece que más transparencia nos habría ayudado a evitar hechos o mejorar la discusión.

En el caso de La Polar, recuerdo que mientras fui diputado se discutió un proyecto que obligaba a las empresas del retail que otorgaban créditos (casi todas las grandes) a hacer pública la información sobre dichos créditos. La idea era juntar en una sola lista nacional toda la información de créditos de las personas, tanto la que tienen los bancos como la que manejan las empresas del retail. Se armó una tremenda discusión y, para ser francos, los argumentos del sector retail para no entregar dicha información nunca me parecieron demasiado sólidos. Que el Estado tendría más información sobre nuestra vida privada; que la información sobre sus deudores recolectada por las empresas del retail había sido juntada a un gran costo privado y que no correspondía cederla gratuitamente a los bancos, etc.

Hoy no puedo dejar de preguntarme: ¿Habría podido ocurrir lo que sucedió en La Polar si se hubiera transparentado toda la información de los deudores? ¿Hubiera sido posible esconder información de este listado nacional?
En educación me parece que más transparencia también habría ayudado a hacer la discusión actual más fecunda. Por ejemplo, yo soy un ferviente partidario de que existan empresas privadas que brinden educación y que ojalá obtengan una razonable utilidad por sus esfuerzos. (La mayoría de los chilenos está de acuerdo conmigo, pues en los últimos años han cambiado masivamente a sus hijos desde colegios municipalizados a colegios particulares subvencionados que tienen un legítimo fin de lucro y estoy seguro que esta tendencia continuará a la luz de los últimos acontecimientos). Así como sabemos que hay colegios particulares subvencionados que persiguen un fin de lucro, creo que deberíamos transparentar cuáles universidades tienen un fin de lucro. Si son buenas y sus precios competitivos, no me caben dudas que muchas familias las seguirán eligiendo. No debemos tenerle miedo al lucro, pues se trata de un poderoso incentivo que hace levantarse en la mañana a una enorme cantidad de chilenos, especialmente a aquellos que asumen riesgos produciendo y contratando.

La transparencia también debe llegar a las universidades del Estado. Debemos reformar de raíz la cantidad y calidad de la información sobre su gestión, que hoy en su mayoría no es pública. Por ejemplo, debemos saber el costo y los resultados de la investigación que realizan y de los beneficios para los chilenos de esa investigación. Debemos saber la cantidad de funcionarios por alumno que tienen, porque a lo mejor están pidiendo más plata al Estado para mantener plantas sobrecargadas de funcionarios de baja productividad. En suma, debemos trasparentar la gestión de las universidades públicas, reformar su gobierno corporativo y conocer algo parecido a las FECU de las empresas privadas.

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